sábado, 12 de octubre de 2013

Me siento cansado. Siento que los estímulos estos, han llegado tarde a esta altura de mi vida. Varias razones por las que esto es así llegan de golpe a mi mente y me abruman. Ellas mismas se vuelven razón de olvido. Cada una sepulta a la otra por su peso, por su validez. A la vuelta de una vida que debí haber vivido, mal, bien, trágica, miserablemente, pero que debí haber vivido, me doy cuenta que el impulso vital, el propio ardor natural de la existencia física es lo bastante fuerte como para hacerte querer seguir viviendo como sea, y querer las experiencias que te faltaron.

Creo que eso me vuelve un fenómeno.